LA REALIDAD DE LAS FARMACIAS DEL AMBA
2020-07-16
En esta oportunidad, nos dirigimos a nuestros clientes/pacientes para explicarles la situación que están atravesando las farmacias del AMBA. Una de las cosas que habrán observado en estos últimos días, es que el Sindicato de Empleados de Farmacias (ADEF) se encuentra realizando manifestaciones en algunas de las farmacias de nuestra región, ya que nos hemos visto imposibilitados de ofrecer el incremento salarial exigido por ellos.
Como dice el viejo refrán: “No todo lo que brilla es oro”, decimos esto porque, si bien las farmacias durante este largo tiempo de pandemia han trabajado ininterrumpidamente brindando un servicio ejemplar con todos los protocolos de seguridad, tanto para sus clientes/pacientes como y para su propio personal, esto no ha impedido tener una importante cantidad de casos Positivos de COVID dentro de los equipos de trabajo. Todo ello, implica gastos adicionales de hisopado, que no asume la Obra Social de los empleados de farmacias, desinfecciones de instalaciones y días de no contar con todo su personal. A todo esto, le sumamos la no concurrencia a los establecimientos de aquellos empleados considerados “persona de riesgo”.
Pero mucho más aún que estos costos, el verdadero problema de fondo de nuestras farmacias se encuentra en algo difícil de entender, que es la forma de comercialización; ya que a través de los años se fue desvirtuando paulatinamente, llegando a este momento que, para poder dispensar las recetas de cualquier Obra Social, Prepaga de Salud o del PAMI, debemos realizar bonificaciones (aportes) de forma obligatoria, de lo contrario, no podemos atender a sus afiliados. Estas bonificaciones están ahogando a nuestras farmacias ya que las mismas son exigidas sobre el precio público del medicamento y no sobre lo que resulta del monto a pagar por la Obra Social o Prepaga.
Respecto a este punto en particular, tenemos el caso de PAMI, que desde hace dos años ha establecido un precio de los medicamentos (Precio PAMI), inferior al precio público, comenzando con una diferencia del 5% y llegando, a la fecha, con más del 35% de diferencia por debajo del precio público. Si bien la industria farmacéutica colabora bonificando parcialmente esa disminución del precio, esto a las farmacias les representa una pérdida adicional relevante. Estamos de acuerdo que los beneficiarios paguen menos por el medicamento, pero este beneficio lo debe soportar el PAMI y no las farmacias.
Entre la bonificación/aporte de más del 15% que realizamos en nuestra región, más la pérdida a raíz de que el PAMI no indexa su precio, haciendo que cada mes se incremente más la diferencia entre precio público y precio PAMI, nos ha llevado a una situación límite ya que la farmacia debe pagar a sus droguerías proveedoras a precio de mercado y en un plazo promedio de 21 días, mientras cobramos a 60 días en un mercado con inflación en alza mensualmente
A fin del presente mes concluye el actual Convenio de prestación con el PAMI. En virtud de ello, venimos advirtiendo al Instituto la inviabilidad del presente Convenio de prestación, pero a la fecha no hemos tenido respuesta alguna ni hemos sido convocados para negociar el nuevo acuerdo.
“Un nuevo Convenio deberá corregir estos desfasajes, de lo contrario será imposible continuar prestando el servicio farmacéutico a los afiliados, pedimos a las autoridades del PAMI una inmediata reunión para definir nuevas reglas, que les permitan a nuestras farmacias continuar prestando el servicio de excelencia que realizaremos hasta el 31 de octubre del corriente año, a pesar de la pérdida de rentabilidad que nos representa.”
De igual manera, en defensa de nuestras farmacias asociadas, estamos exigiendo al resto de Obras Sociales y Prepagas, las correcciones en este mismo sentido, a efectos de evitar el cierre de farmacias como consecuencia que la realidad económica de las misma, de no corregirse este drenaje, será difícil de evitar.
En este contexto, y ante la caída de ventas respecto al año anterior, lamentablemente, las farmacias no podemos comprometernos a asumir ajustes salariales inviables para este momento, que harían imposible su cumplimiento.
No obstante, esta situación y conscientes de la necesidad de lograr la paz social, es que necesitamos volver a la rentabilidad normal de nuestras farmacias, haciéndole entender a las Obras Sociales y Prepagas de Salud y a las Instituciones como PAMI, que las farmacias no somos formadoras del precio del medicamento. Por lo tanto, cuando nos exigen aportes excesivos, las farmacias no pueden incrementar los precios para recuperar su rentabilidad, llevándonos a situaciones como la presente, que tenemos que resentir injustamente el salario de nuestros empleados